El arte urbano en su máxima expresión
Provocación, contraste y André el Gigante son el inicio de una era artística que continúa sorprendiendo en nuestros días. OBEY, ahora una firma de grandes dimensiones y pseudónimo del artista estadounidense Shepard Fairey, protagonizó el auge y evolución del llamado “Street Art”. Y es que, el grafiti y el arte urbano han pasado de ser perseguidos y catalogados como actos vandálicos a brillar en galerías y museos internacionales.
OBEY es un ícono artístico que viaja más allá de la estética, la armonía y la belleza de sus obras, OBEY esconde un mensaje. Porque no solo consigue asombrar la vista con sus creaciones, sino que también hace reflexionar y meditar sobre la realidad del entrono que nos rodea.
Entre los colores predominantes se encuentran el rojo y el negro, así como los colores brillantes y los tonos ocres con los que crea obras que consiguen despertar sentimientos de fascinación o curiosidad. Spray, pincel, un “lienzo” y la imaginación, junto a un estilo algo “antisistema”, que bebe del cartelismo ruso, el arte pop y los elementos del comic estadounidense, caracterizan el trabajo de esta influencia del street art contemporáneo.
Shepard Fairey, bajo su alias “obedecer”, hace una llamada irónica y burlesca al mundo y, a su vez, ensalza la cultura callejera y todo lo que representa. Frida Kahlo, Bob Marley, Mohammad Alí o Kurt Cobain son algunas de las figuras que han sido plasmadas en creaciones de Fairey. Sin embargo, los grandes protagonistas no son personas, si no la esperanza, la libertad, la paz, la revolución, la igualdad y más elementos intangibles que OBEY reivindica con orgullo.



La magia visual y talento de OBEY recorre desde laminas, posters y murales de grandes dimensiones a tablas de skate, sudaderas y tazas. Su trascendencia ha sido tal, que ha colaborado con marcas como Adidas y Pepsi o grupos tan enigmáticos como Black Eyed Peas y Public Enemy. Sin olvidar, el memorable cartel para Barak Obama titulado “HOPE”, con el que logró un mayor reconocimiento en 2008. Asimismo, decenas de murales admirables llevan su nombre en ciudades como Nueva York, Málaga, Lisboa, Ámsterdam, Kentucky y Londres, entre otras.
De esta forma, si algo queda claro, es que OBEY es algo más que un símbolo de arte urbano contemporáneo. Es una huella para nada efímera llena de originalidad, crítica social y reivindicación política. de acción emocionante.




