
Adrenalina con toques de nostalgia, las motos clásicas tienen la increíble capacidad de contar historias, transportarnos a épocas pasadas y conectar con la verdadera esencia del motociclismo. Por ello, cada vez son más los amantes de estas joyas del motor. Hablamos de auténticas obras de arte sobre ruedas, con un atractivo incomparable.
Pero… ¿qué hay más clásico que una Harley Davidson?
Las imponentes Harley-Davidson han pasado de ser un simple vehículo a un ícono e, incluso, un estilo de vida. De hecho, no existen muchas firmas de motocicleta que posean su prestigio y renombre. A su vez, gracias a la calidad, rendimiento y relevancia histórica de estos diamantes de dos ruedas, montar una Harley se ha convertido en un sueño para muchos apasionados del motor.
Desde la Knucklehead, pasando por la Sportster y la Electra Glide, hasta la Fat Boy, todas ellas creaciones clásicas que no quedan en el olvido y que hacen imposible creer que los orígenes de la marca se encuentren en un diminuto taller de 15m2.
A pesar de los años, las Harley Davidson siguen abriéndose paso entre las nuevas generaciones de motocicletas. Y a día de hoy, con más de 120 años de historia, continúan siendo símbolo de aventura, pasión y libertad.
