Guggenheim de Bilbao

 Un tesoro del arte contemporáneo

Guggenheim, prestigio y diseño. La cumbre del arte y no solo por lo que contienen y custodian… Nueva York, Venecia, Berlín o Abu Dabhi comparten un valioso premio: ser cuatro de las ubicaciones que acogen auténticos iconos urbanos, artísticos y arquitectónicos. Porque la belleza de los museos Guggenheim trasciende más allá de cualquier recipiente de arte común.

La Fundación Solomon R. Guggenheim, una de las instituciones culturales más reconocidas del mundo, dio comienzo a esta aventura artística en la década de los 70, cuando nació el primero de los museos Guggenheim.  Más tarde, se unió la Peggy Guggenheim Collection, en Venecia y, posteriormente se alzaron los museos de Berlín y Abu Dabhi. Pero, en esta ocasión, hablamos de otro Guggenheim, uno que destaca por su atractivo singular. Este es el Museo Guggenheim de Bilbao.

En 1997 un gigante de titanio llegó a las calles de la provincia vizcaína para situarse junto al río Nervión. Esta creación totalmente asombrosa fue fruto del arquitecto Frank O. Gehry que, con sus ideas excéntricas y atrevidas, consiguió dar a luz a un atractivo turístico irresistible para los amantes de las artes plásticas. Y es que, sus formas curvilíneas y pomposas, sus planchas de titanio y sus reflejos ante los rayos del sol a lo largo de sus 24.000 metros cuadrados de superficie hacen que este símbolo contemporáneo sea más que recordado desde que abrió sus puertas.

Entre las obras que alberga se encuentran colecciones de trabajos realizados a lo largo del siglo XX, así como la colección permanente en la que destaca la producción del escultor Richard Serra. También, es posible apreciar a otros autores como Kenneth Nolan, Joseph Beuys o Frank Stella.

Sin embargo, el arte comienza desde fuera. Ya no solo por la belleza de esta construcción, sino también por las obras del exterior. Por un lado, “Maman”, la araña de 9 metros que custodia el museo, una creación de Louise Bourgeois de bronce, acero inoxidable y mármol. Y, por otro lado, “Puppy”, una escultura floral en forma de perro, obra del artista Jeff Koons.

En definitiva, el Museo Guggenheim de Bilbao, por sí solo, es un bien de gran valor artístico y arquitectónico. Por ello, es imposible dudar por qué recibe su gran reconocimiento a nivel mundial.