Tras dirigir películas como “Bajo el mismo techo”, “Fuimos canciones” o series como “Madres”, te has sumergido en la creación de un largometraje totalmente desgarrador. ¿Cómo decidiste dar vida a un proyecto como “Las chicas de la estación”?
Pues la verdad es que sí, es un proyecto un poco diferente y bastante retante, porque surgió de la lectura de la prensa y conocer las noticias. Estas inspiran el inicio del guion. Y bueno, también de mi desconcierto al escucharlas, ¿no?
Las noticias salieron en enero de 2020 cuando se hablaba de una violación múltiple a una niña que estaba tutelada por la administración en Mallorca. Y, allí, salieron un montón de noticias que hablaban de la explotación sexual de menores, así como una cosa un poco generalizada, ¿no?
Y bueno, de ahí surgió la idea de saber más sobre este tema y, luego, de hacer una película en la que se reflejara un poco todo. No solamente el caso, sino toda esta realidad.
“Las chicas de la estación” se presenta como una denuncia hacia la ineficacia del sistema judicial y expone una realidad social como es el abuso y la trata. ¿Cómo fue la grabación de una película tan dura y que refleja la historia de miles de mujeres y niñas?
La película trata, en concreto, de la situación de unas menores tuteladas que caen en redes de prostitución. La verdad es que, para lanzarnos a escribir el guion, que lo escribí junto a Isa Sánchez, la coguionista, tuvimos que documentarnos e investigar mucho, porque no es un tema que tenga cercano.
Estuvimos hablando con mucha, mucha gente que sí realmente está trabajando en esto. Desde los directores de centros de menores, hasta periodistas que estuvieron sacando las noticias. Chicos y chicas que han pasado por el sistema de tutela… Es decir, hicimos psicólogos, educadores… Hicimos mucha investigación, porque quería reflejar una realidad, más allá del caso concreto. Cómo son estas chicas, qué viven, cómo es el día a día en el centro de menores… También, cómo son sus relaciones con sus familias, si las tienen, si no las tienen, qué les ha pasado para que lleguen ahí, a ese centro… Entonces, es una realidad muy compleja.
A la hora de decidir desde dónde contarlo, decidí hacerlo desde las chicas, intentando tener su punto de vista. Más que tener el punto de vista de una investigación, por ejemplo, judicial o de una investigación periodística sobre este caso. A mí lo que más me interesaba era que el espectador pueda empatizar con estas chicas y conocerlas, ¿no? Y conocer por qué hacen lo que hacen y cuál es su realidad. Entonces, yo enfoqué la película más desde ahí, desde el lado de ellas.
Tanto a nivel profesional como a nivel personal, ¿cómo has vivido el rodaje de esta película tan cruda a la vez que conmovedora?
Este rodaje lo he afrontado y, en general, todo el proyecto, desde un lugar diferente al de otros proyectos. Porque, también está el hecho de que decidiera que el casting fuera, en su mayor parte, sobre todo jóvenes y que estuviera formado por chavales que no se habían puesto nunca delante de la cámara. Eso ya te condiciona, pero yo quería que el espectador tuviera la sensación de estar contemplando un trozo de realidad, no un actor que está interpretando un personaje.
Fue una búsqueda de muchos meses por muchos sitios. Casting de calle, en institutos, en centros de menores, en redes sociales… Y el hecho de trabajar con actrices, sobre todo las 3 principales, que nunca habían hecho nada, pues, hace que desde los ensayos hasta el propio rodaje tenga que ser un poco diferente. Entonces, yo me lo planteo como siempre, intentando adaptarme a ellas.
Y cuando hablé con los jefes de equipo también lo dije. Creo que ellas están mucho más pegadas por edad y por energía a ese mundo que estamos retratando. Y tenemos que estar muy atentos a observar, cómo se maquillan o cómo se vestirían o, incluso, a las expresiones a la hora del lenguaje, etc. Entonces, bueno, para mí ha sido un rodaje un poco diferente y también un aprendizaje. Porque hay que estar mucho más atento a lo que sucede en el momento y partir de las ideas que tienes a priori, pero tener mucha flexibilidad a la hora de dirigir.
Las protagonistas, Julieta Tobío, Salua Hadra y María Steelman debutan como actrices en este largometraje. ¿Cómo ha sido trabajar con ellas?
Por un lado, en general, me planteo siempre la dirección de actores desde una visión en la que el director es quién tiene que adaptarse al actor. Porque hay actores muy distintos que trabajan de forma muy diferente. Entonces, para mí lo más importante al principio era conocerlas. Conocer cómo son, intentar que no pierdan esa naturalizad que vi en el casting, esa espontaneidad que tienen… Pero claro, a la hora de ceñirse a un guion, la cuestión era ir viendo cómo podíamos hacerlo para que no perdieran esa espontaneidad y esa cantidad de matices que tienen. Porque creo que lo más interesante en estas tres actrices, ahora actrices, es que son capaces de transmitir mucho a nivel emocional.
Son muy distintas, pero tienen esa capacidad. Contar qué es lo que les está pasando más allá del texto en sí. Entonces, me planteé también si improvisar más o menos y estuvimos trabajando de distintas maneras. Con distintas secuencias, buscábamos, también, ver cómo trabajaban con el texto, porque en la película no solo hay diálogos, hay momentos en los que tienen una especie de monólogos en los que van contando, van presentando a otros personajes o van hablando de cómo se sienten en determinados momentos. También tenían que bailar y en algún caso cantar… Tenían que hacer muchas cosas. Y para eso, fueron fundamentales los ensayos, también para que se conocieran entre ellas y crear esos vínculos y esa sensación de que son chicas que están conviviendo, ¿no? Además, durante el rodaje estuvieron conviviendo y eso creo que funcionó muy bien.
Luego hay un trabajo de montaje y de elegir los mejores momentos e ir construyendo poco a poco. Intenté que ellas nunca se sintieran disfrazadas ni en la forma de ir vestidas. Intenté que se sintieran cómodas dentro del personaje, aunque tienen momentos muy complicados teniendo en cuenta el tema que trata la película. Y les insistí en que abordaría este tema desde una perspectiva en la que no iba a entrar en el morbo, pero si íbamos a hacer al espectador sentirse algo incómodo en ciertas situaciones, porque creo que tiene que ser así, pero sin traspasar esa línea.
Teniendo en cuenta que “Las chicas de la estación” se basa en hechos reales, ¿qué ha sido lo más difícil de narrar o exponer en este proyecto?
Quizá, para mí, ahora que la línea está clara y sabes dónde está… Pero cuando todavía estás haciendo la película no tienes claro hasta dónde llegar en lo que muestras y en lo que sugieres. Creo que, para mí, eso ha sido lo más difícil. Cómo ir en cada una de las secuencias en las que se producen abusos o hay situaciones violentas. Intentar dosificar mucho e intentar ver dónde hay que enseñar y dónde ya no hace falta enseñar porque ya sabemos lo que pasa.
Creo que eso ha sido lo más difícil y es algo que, aunque lo tuviera claro desde el principio, luego, a lo largo de todas las fases de la película, desde la dirección hasta el montaje, etc, he tenido que ir marcando.
¿Qué impacto crees que tendrá esta producción audiovisual en el contexto actual?
Lo que me gustaría es que esta película sirviera para hablar de este tema más allá de las noticias. Cada dos por tres, las noticias nos lo ponen delante de la cara, ¿no? Por ejemplo, lo que está pasando en Murcia ahora mismo con estos juicios a empresarios que no van a pisar la cárcel después de haber explotado sexualmente a adolescentes. Cada poco tiempo esa realidad está ahí, lo que pasa es que nos cuestiona mucho y es incómoda. En este sentido, me gustaría que la película se viera lo máximo posible. Creo que puede llegar a todos los públicos, desde gente joven que se sienta más o menos identificada con la edad de las protagonistas, hasta gente algo más mayor a la que le pille este tema más o menos lejos. Pero es algo que nos toca como sociedad. Además, es un tema que no está muy tratado en la ficción porque es complicado y creo que es importante que sea tratado.
Actualmente, ¿puedes contarnos un poco sobre tus próximos proyectos, entre ellos el reciente estreno de “Las abogadas” o el rodaje de “Looking for Michael”?
“Las abogadas” se acaban de estrenar en Televisión Española y está ahora en emisión. Es una serie también muy especial que habla de una época histórica no muy retratada tampoco. El final de la dictadura y el principio de la democracia. Además, sobre todo, lo que tiene esta serie es que está retratada desde el punto de vista de cuatro abogadas que son muy conocidas como Manuela Carmena, Cristina Almeida o Paca Sauquillo, pero que no hemos visto su punto de vista.
Y, luego, estoy ahora trabajando en la preproducción de la película “Looking for Michael”, que se rodará el año que viene.